¿A quién no le pasó alguna vez de estar dudando si era capaz de hacer determinada tarea o de cumplir con algún desafío puntual?
La falta de autoconfianza tiene un enorme impacto negativo en tu salud y estilo de vida. Todos, desde que somos jóvenes hasta la adultez, tenemos momentos que pueden ir desde días, meses o incluso años en los que consciente o inconscientemente no estamos seguros de nuestra capacidad para conseguir hacer determinadas acciones.
Para superar esta situación empezá con una evaluación honesta de tus habilidades y tus debilidades para poder capitalizarlas y corregirlas.
Si construir tu autoconfianza es cuestión de cambiar tus creencias sobre vos mismo, entonces vas a necesitar esforzarte un poco. Podés pararte frente al espejo y repetir todos los días: “Soy un fenómeno, soy inteligente y la gente me adora”, pero hay otras maneras más efectivas de aumentar tu autoconfianza.
Pero, ¿qué es la autoconfianza?
Es común que la autoconfianza se confunda con la autoestima, pero podemos hacer una distinción:
• La autoconfianza, o confianza en uno mismo, es más bien una visión general de cuán probable es que cumplas un objetivo, sobre todo con base en tu experiencia pasada. La autoconfianza refleja una visión amplia de vos mismo, no solo tu confianza respecto de tareas específicas.
• La autoestima, en cambio, es cómo percibís tu valor en general. Afirmaciones generalizadoras como “Soy una buena persona” entran en esta categoría. La autoestima es una necesidad básica, y las mejorías en la autoconfianza refuerzan tu autoestima, un concepto más amplio.
Un alto nivel de autoconfianza lleva a más oportunidades para mejorar
La autoconfianza es tu convicción de cuán bueno sos para algo, pero no es una medición de tu verdadera habilidad.
¿Y por qué es importante? Porque la confianza no solo te ayuda a sentirte mejor, sino también a tomar riesgos para hacer animarte a buscar mejoras concretas en tu vida. Una vez que sabés cómo generar esta confianza, tus limites se expanden y ganás poder de acción.
11 formas de desarrollar tu autoconfianza.
1. Preparación
Muchas personas se rinden cuando piensan que no son buenos en un trabajo o tarea en particular, asumiendo que el esfuerzo es no vale la pena. Pero cada vez más se instala, en el terreno de la psicología, el concepto de que la práctica deliberada casi siempre va a estar por encima de la aptitud natural. Si no estás seguro de su capacidad para hacer algo (hablar en público, negociar con un cliente difícil, pedir un aumento) empezá probando en un entorno seguro. Además la práctica no solo fomenta la confianza, sino también tiende a mejorar la calidad.
Hacé una lista corta de tareas pendientes y consultala. Podés empezar con la tarea más difícil primero, pero si tu confianza está en un nivel bajo, no te lo recomiendo. Empezá por hacer primero algunas de las tareas más fáciles. Cada vez que elaborás un plan y lo ejecutás, tu confianza sube. Demostrate que podés. Acordate que en este caso tu cliente sos vos mismo.
2 – Sé honesto y pedir ayuda
Sé ‘hiper honesto’ con vos mismo todos los días. Cuando dejás de esconder partes de vos mismo a vos y a los demás, te das cuenta de que te sentís más seguro al ser quién sos.
Las personas seguras no solo están dispuestas a practicar, sino que también están dispuestas a reconocer que no saben y no pueden saberlo todo.
Es mejor saber cuándo necesitas ayuda, que no. Se requiere un cierto grado de confianza, específicamente confianza en tu habilidad para aprender, para estar dispuesto a admitir que necesitas orientación o apoyo.
3. No divulgues tus objetivos más difíciles.
Revelarlos a los demás puede ser suficiente para ponerte demasiada presión. Siempre va a haber alguien dispuesto a hacerte comentarios negativos que pueden hacerte cuestionar a vos mismo y a tus objetivos. En lugar de angustiarte por lo que otros pueden pensar de vos o de tu trabajo, concentrate en la perspectiva única que tenés. Pedí comentarios cuando lo necesites. La validación también puede ser muy efectiva en el fomento de la confianza. Preguntale a alguien que se preocupa por tu desarrollo, así como por la calidad de tu desempeño, que te diga lo que piensa.
4. Mejorá tu lenguaje corporal.
Muchas veces reprogramando el cuerpo es suficiente para cambiar de emoción y estado de ánimo. La forma en que usás tu cuerpo afecta cómo te sentís. Si te sentás y te parás erguido, te vas a sentir más seguro. Pensá en alguien que conozcas que siempre parezca tener confianza. Notá cómo se mueve. Tratá de imitar sus movimientos y su postura. Observá cuánto más seguro te sentís.
Las películas también pueden ser una buena fuente de inspiración. Pensá en un personaje de película seguro y observá cómo usa su cuerpo. Practicá pararte, sentarte y moverte de la misma manera.
5. Enumerá todas tus cualidades positivas y tus logros.
Hay muchas cosas que seguro admirás de vos mismo. Incluso si tenés que llamar a un familiar o amigo para inspirarte, hacé una lista de todas tus cualidades positivas. Paseá por los recuerdos y reviví tus logros pasados. Es más fácil sentirse seguro cuando recordás tus mejores momentos. No vas a tardar mucho en empezar a sentir que un poco de confianza brota dentro tuyo. Mantené la lista a mano para cuando la necesites.
6. Eliminá de tu vida aquellas cosas que venís tolerando.
Toleramos demasiado. Sacá lo innecesario de tu vida. Esto incluye personas, cosas que ya no necesitás, cosas que te molestan. Decite que te mereces algo mejor y salí a buscarlo.
7. Hacé algo en lo que seas bueno.
¿En qué sos bueno? Sea lo que sea, te vas a sentir mejor después de hacerlo. Trate de pasar tiempo cada día haciendo algo en lo que sepas que sos bueno.
8. Tomá riesgos
Probá cosas que no crees que podés hacer. El fracaso puede ser muy útil para fomentar la confianza. Al final, la confianza también se trata de sentirse cómodo en diversas situaciones en las que la mayoría de la gente se sentiría incómoda, por lo que, si expandís los límites de tu zona de confort, al poco tiempo esta se va a agrandar y vas a estar cómodo incluso afuera de ella.
Pero también podés hacer cambios más chicos, como entablar una conversación con un desconocido si sos tímido, o comprarte ropa distinta.
Es más importante que amplíes tu zona de confort un poco con regularidad, en lugar de que te lances por todo cada tanto.
9. Hacé ejercicio.
El ejercicio proporciona más que solo beneficios para la salud. Aumenta tu fuerza de voluntad, resistencia y confianza en vos mismo, reduce la ansiedad.. Mucha gente comienza a hacer ejercicio para perder peso o ganar músculo, pero el ejercicio también puede impulsar mucho tu autoconfianza. Hacer ejercicio de manera constante requiere de un cierto compromiso, y mantener dicho compromiso es un logro. No desistir de un hábito nuevo y saludable no solo te hace adquirir mayor confianza, sino que además te permite ver mejoras físicas en tu cuerpo y salud a la larga.
10. Desafiá tu síndrome del impostor
El síndrome del impostor es una trampa de nuestra mente que te convence de que tus logros no valen y que la gente se va a dar cuenta de que sos un fraude. Esta duda se arraiga porque es más fácil para el cerebro recordar los errores que los éxitos. Acostumbrate a siempre revivir las veces en que hiciste algo bien. Es más fácil sentirte seguro de tus habilidades si las recordás.
11. No caigas en la trampa de la arrogancia
La arrogancia es más bien resultado de la inseguridad y no de una autoconfianza excesiva. La confianza se satisface por sí sola, mientras que la arrogancia requiere de validación externa para que la persona se sienta bien. Alguien con una auténtica autoconfianza es capaz de ser asertivo y defenderse, pero es poco probable que adopte un tono que a los demás les parezca arrogante.
Probablemente no sea posible sentirte seguro el 100% del tiempo, pero podés acercarte mucho más de lo que creés. Incluso en circunstancias difíciles, sos el mismo que en muchos momentos logró cosas. La confianza en vos mismo siempre está ahí, a veces tenés que trabajar un poco para verla.
Acordate de:
• Sé honesto con vos mismo acerca de lo que sabés y lo que necesitás aprender
• No te enfoques excesivamente en si tenés o no la habilidad; pensá en su lugar en el valor que agregás.
• Aprovechá nuevas oportunidades para demostrar que podés hacer cosas difíciles haciendo las cosas sobre las que no estás seguro
• No dudes en pedir validación externa si lo necesitás
• No te preocupes por lo que otros piensan: concentrate en vos mismo, no en un público teórico y crítico.
PD: Si llegaste hasta acá, gracias por leer. Si te parece que esto puede ser útil para alguien te agradecería que lo compartas. Muchas gracias