Si estás emprendiendo, tu rutina seguro tiene una lista eterna de pendientes y podés sentir que el día no alcanza para todo lo que tenés que hacer. Eso te hace saltar de una tarea a otra y perder el norte de cuáles son tus prioridades. Así, terminás sintiendo que lo que hacés cada día no te lleva a alcanzar tu mejor versión como emprendedor.
Si estás en esa situación y querés mejorar tu calidad de vida, tené en cuenta la importancia de adoptar nuevos hábitos. En este artículo te cuento qué considerar para hacerlo y cuáles son los beneficios de incorporar hábitos en tu vida.
Hábitos: ¿qué son y cómo influyen en nuestra vida?
Nos olvidamos que nuestros pensamientos, sentimientos y la forma de comportarnos son el resultado de los hábitos que adoptamos a lo largo de toda nuestra vida. Y, en ese olvido, caemos en destacar solo los grandes hitos que nos suceden, quitándole todo el valor a las pequeñas acciones consistentes que generan mejoras cotidianas. Los hábitos son esas acciones o rutinas que nos sirven para empezar o sostener actividades que necesitamos o queremos hacer.
“La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros hábitos”
¿Por qué, además de tener objetivos, necesitamos hábitos?
Estamos acostumbrados a pensar en objetivos, a definirlos y medirlos. Pero una posibilidad es que no lleguemos a cumplirlos y ese no cumplimiento nos puede llevar a la frustración. Para evitarlo es bueno apoyarse en los hábitos porque sistematizan determinadas tareas. Con el paso del tiempo y su repetición se vuelven automáticos y hasta los hacemos sin pensar.
¿Cómo podemos empezar a conectar nuestros objetivos con los hábitos?
La propuesta es crear sistemas para lograr los objetivos. Para eso hay que distinguir lo siguiente:
- Los objetivos son los resultados que querés obtener. Los sistemas son los procesos que seguís para alcanzar esos resultados.
- No te enfoques en el objetivo (final) sino en los sistemas (proceso).
- Los objetivos siempre están ahí, pero son los sistemas los que te acercarán a ellos.
- Alcanzar un objetivo es un cambio momentáneo. Seguir un sistema es una línea de progreso continua.
- No alcanzar un objetivo cuando esperabas puede generar frustración. Seguir un sistema genera una recompensa positiva con cada acción.
- Tu compromiso con el objetivo puede flaquear (por ejemplo, porque se ve muy lejos), sin embargo, tu compromiso con tu sistema (las acciones del día a día) tiene un efecto inmediato.
Teniendo esto en mente, a partir de los hábitos, podemos crear un proceso que nos va a llevar a los resultados que queremos. Contar con estos sistemas como apoyo es muy importante porque el camino del emprendedor tiene altibajos. En los momentos en que el ánimo no acompaña sólo necesitamos atarnos a esos sistemas y hábitos que nos van a llevar hacia donde queremos estar.
“El éxito o bienestar no es un objetivo o una línea de meta que hay que cruzar. Es un sistema de mejora continua, un proceso interminable que se tiene refinar constantemente”
Una clave para empezar a adoptar nuevos hábitos
Al principio puede resultar confuso definir qué hábito necesitás o por dónde empezar si hay tantas opciones. Para salir de esa confusión, una clave a tener en cuenta es pensar que al adoptar ese nuevo hábito lo que estamos haciendo es convertirnos en esa persona que queremos ser. Cuando cambiamos un hábito nos estamos demostrando a nosotros mismos quien podemos ser realmente.
Por eso cuando quieras cambiar un hábito y querés saber cómo comenzar, te recomiendo que empieces pensando o imaginando a la persona que ya está haciendo lo que querés hacer. Preguntate, ¿qué tipo de persona es?¿qué hace?¿qué identifico en esa persona que quiero en mi vida?
Una vez que tenés claridad sobre cómo empezar, tenés que ponerlo en práctica diariamente. Cada acción que hagas te va a permitir reafirmar esa versión de vos mismo que querés alcanzar. Además, al hacerlo cada día, vas construyendo confianza. Por eso es importante empezar y, aunque no salga bien desde el inicio, seguir y seguir. Vas a notar que cada vez que lo hacés, lo hacés mejor. Esto te ayuda a sentir más confianza en vos, tus habilidades para hacerlo y confirmás que lo merecés para mejorar tu vida como emprendedor.
5 beneficios de adoptar hábitos al emprender
El impacto de los hábitos se mide con el paso del tiempo, cuando pasaron meses o años de repetición. En el largo plazo es cuando vas a poder ver dos posibles efectos: el beneficio de los buenos hábitos o el costo de los malos hábitos.
No hay término medio. Es importante que empieces hoy a valorar esos pequeños cambios que, aunque no parecen importar mucho ahora, van a tener consecuencias a futuro. Por ejemplo, si ahorras hoy un poco de dinero, no te vas a convertir en millonario…si empezás hoy a correr, no esperes mañana ganar una maratón …pero ¿y si lo hacés cada día? ¿qué pasará dentro de un año? ¿y dentro de 5 años?
Igual entiendo que, a veces, gana la ansiedad y queremos tener resultados inmediatos de lo que estamos haciendo. Por eso quiero compartirte los beneficios que veo en los emprendedores con los que trabajo cuando empiezan a adoptar hábitos que los potencien. Les sirve para:
1. Reforzar su autoconfianza
Cada vez que ejecutamos un hábito es como si nos dijéramos que somos capaces de hacer eso y que nos estamos acercando a nuestra mejor versión.
2.Liberar energía para enfocarse en lo importante
Al basarse en procesos y rutinas podemos liberar recursos para enfocarnos en la resolución de los problemas y tener más creatividad.
3. Reconocer que es un beneficio sostenible a largo plazo
Al entrenarnos para tener un nuevo hábito nos damos cuenta que no dependemos de la motivación y estado de ánimo para seguir accionando.
4. Marcar límites entre lo personal y laboral
Al seguir ciertos hábitos podemos notar que le resulta más fácil empezar a decir no para cuidarse y dedicarse tiempos personales que son muy necesarios.
5. Crear un sistema para salir de tu zona de confort
Ser emprendedor implica que muchas veces tengas que tomar decisiones que generan incomodidad. Al apoyarte en los hábitos no lo ves como un “salto al abismo” sino como un sistema con pasos claros que te ayuda a avanzar en esa dirección.
Un recordatorio para finalizar
Tené en cuenta que, al principio, necesitamos una buena cantidad de esfuerzo para realizar un hábito. Con el paso del tiempo (y la repetición) la acción se vuelve más sencilla. Con suficiente práctica, el hábito cada vez es más automático que consciente.
En mi opinión, es tan difícil consolidar un nuevo hábito como fácil es abandonarlo. Por eso siempre se requiere cierto grado de intencionalidad a la hora de ejecutar una acción. Esa intención pasa por tener claro para qué hacés lo que hacés, definir cuál es tu motivación para hacerlo.
“Cualquiera puede trabajar cuando se siente motivado/a. Es la habilidad de seguir adelante cuando el trabajo no es emocionante lo que marca la diferencia”
No importa cuánto tiempo te tome afianzar bien un hábito (eso es lo de menos), lo realmente importante es que decidas actuar y que cada vez hagas lo necesario para progresar hasta tu meta.
No te enfoques en cuánto tiempo te puede llevar adoptar un hábito o cuándo llegarán los resultados. La pregunta importante es: ¿lo que estoy haciendo hoy me acerca al tipo de persona que quiero ser?
En definitiva, deberíamos preocuparnos más por la trayectoria que estamos siguiendo en el presente que por los resultados que hayamos alcanzado hasta ahora.
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