El año pasado, después de 25 años, decidí SALTAR o SOLTAR mi trabajo en una gran empresa.
Pero, ¿se suelta realmente? ¿Qué hay que soltar?
Para mí, hay que APRENDER, de todo.
2020 va a ser recordado por toda la humanidad como un año bisagra. ¡Yo no voy a ser la excepción!
Durante los últimos 25 años trabajé en YPF (la mayor empresa de petróleo y energía de Argentina). En todo ese tiempo fue muy difícil pensar mi vida sin pensar en la empresa.
Todas mis decisiones personales afectaban mi trabajo y todas mis decisiones laborales impactaban en mi vida personal. Pero esto división entre lo personal y profesional no es más que una ilusión.
Es como querer separar el músculo de la estructura ósea que lo sostiene. No se puede. Uno sin otro se cae y no puede cumplir su función.
En ese recorrido construí mi identidad, aprendí, hice amigos, celebré, construí, me frustré, lloré, viví en otros países, me casé, nacieron mis hijos, me divorcié, ayudé y me ayudaron, mucho.
Dicen que los recuerdos se fijan cuando están fuertemente asociados a experiencias emotivas. ¿Cómo olvidar entonces? ¿Hay que olvidar?
En este momento toca el desafío de reinventarse profesionalmente. ¿Y personalmente? ¿Cómo hacer uno sin el otro? El músculo, el hueso…
De lo que estoy seguro es que todo lo vivido es parte de mi ADN y será parte de mi Kit de reinvención.
Es interesante entender quienes somos, de qué estamos hechos, qué experiencias nos forman, nos conmueven y nos definen.
Hasta no saber eso no podemos saber a dónde queremos ir.
¿Cómo te va a vos aprendiendo de tus experiencias?